miércoles, 11 de mayo de 2011

¿Por qué somos tan diferentes?

Todos somos diferentes. ¿Cómo aceptar las diferencias de mi pareja?
Muchas veces hemos escuchado el dicho "Los Polos Opuestos se Atraen" esto no está tan lejos de la realidad, veamos:
Cuando Dios creó la primera pareja, podemos observar claramente que los hizo diferentes el uno del otro. Hombre y mujer "Entonces Dios el Eterno hizo caer un profundo sueño sobre Adán, y mientras dormía tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar. Y de la costilla que Dios el Eterno tomó del hombre, formó una mujer, y la trajo al hombre". (Génesis 2:21-22)

¿Cuál era el propósito de Dios al hacerlos diferentes?
Dios hizo a la mujer diferente al hombre, no solo físicamente, sino también emocionalmente. Y lo hizo así con toda intención; para que la mujer fuera complemento perfecto del varón. Una definición sencilla de esto es que la mujer es todo lo que el hombre no es. Lo que le falta al hombre, le sobra a la mujer, y lo opuesto también es cierto. Lo que le falta a la mujer, le sobra al hombre. Al sumar las características diferentes de ambos, es como Dios planeaba hacerlos: UNO COMPLETO.

Sin embargo, es triste ver que cuando estas diferencias empiezan a ser notorias en el matrimonio lejos de unir a la pareja, la separan. ¿Ya notaron que en muchas parejas lo que en el noviazgo los atraía, en el matrimonio los perturba, lo que los aproximaba suele separarlos, y que cada vez hay menos cosas en común? ¿Qué es lo que ocurre?
El problema es que los seres humanos no comprendemos nuestras diferencias o no le damos el valor que estas tienen, en vez de ver que nuestras diferencias pueden fortalecer nuestra unidad, pensamos que el al no ser iguales no podemos ser compatibles.
Nos cuesta entender que juntos podemos ser más fuertes que solos, y es común escuchar reproches como: "Tú no eres como yo soy", o "Eres exactamente como tu madre", o "No somos compatibles". Si usted está casado, no permita que las diferencias que existen entre usted y su pareja destruyan su relación.
Recuerde que la personalidad del hombre y la mujer difieren mucho, que ambos intentan encarar la vida con impulsos, sensaciones y emociones totalmente opuestas. Y que el secreto del éxito de una pareja, no está en rechazar esas diferencias, sino más bien en complementarlas.
Muchos hombres, por ejemplo, disfrutan comunicando ideas y planes, mientras que por su parte las damas gustan de hablar sobre sensaciones y emociones. El hombre es más inclinado a expresar su amor haciendo cosas, mientras que las mujeres lo expresan a través de palabras.
Las mujeres tienden a observar los detalles: ellas son capaces de recordar las particularidades, la ropa con que andaban vestidos, colores, etc.  Los hombres resaltan los acontecimientos en términos generales, suelen quedar impacientes, cuando se presentan muchos detalles. Instintivamente, un hombre racional se casa con una mujer sentimental.
Los extrovertidos, que gustan de estar en compañía de otras personas, se casan con introvertidos que están en busca de tranquilidad.
¿Por qué el hombre es diferente de la mujer? Porque cada uno necesita del otro para estar completo, para fortalecer sus debilidades, para compartir la fuerza que cada uno trajo a esta nueva relación.
Cuando una persona siente que la otra está intentando cambiarla, generalmente la reacción es negativa, la persona se siente defraudada. Solamente cuando la persona es aceptada y amada es capaz de cambiar.
Hay ocasiones en que los constantes reclamos y quejas pueden ocasionar cambios en la conducta de una persona, pero rara vez esos cambios son el resultado de una transformación interior y casi siempre terminan por empeorar la relación. Cualquier cambio forzado acaba generando resentimiento, hostilidad, rechazo y poco a poco irá minando el amor.
Si usted desea ser feliz en su matrimonio y no quiere que fracase, entonces desista de su interés por cambiar a su pareja. Esto nunca funciona. Cuando uno intenta cambiar al otro en vez de aceptarlo como es, las cosas tienden a empeorar en vez de mejorar.

PARA REFLEXIONAR.
Una pareja de cónyuges debe cultivar el respeto y el afecto mutuo. Deben velar acerca de su espíritu, sus palabras y sus actos, a fin de no decir ni hacer nada que cause irritación o molestia. Cada uno debe preocuparse por el otro, y hacer todo lo que esté a su alcance para hacerlo feliz.
(Créditos:MUNDO PORTAL)

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